España denuncia el robo de 2,5 millones de metros cúbicos de aguas subterráneas

Las autoridades españolas revelaron el miércoles una investigación sobre 18 personas que supuestamente robaron más de 2,5 millones de metros cúbicos de agua subterránea de 51 pozos de agua de origen ilegal.

La policía española está investigando el robo de 2,5 millones de metros cúbicos de agua subterránea. (Foto: Ministerio del Interior, Licencia) Investigadores de la Guardia Civil, en colaboración con expertos hidrológicos, descubrieron que el agua robada era extraída para su uso en diversos invernaderos. Aparte del daño medioambiental causado por la extracción de cantidades excesivas de agua de embalses subterráneos, se dice que las pérdidas económicas ascienden a aproximadamente dos millones de euros (2,2 millones de dólares).

La investigación sobre el robo de agua identificó su origen como un acuífero de la localidad de Mazarrón.

Los acuíferos son grandes depósitos subterráneos de agua que se encuentran en las profundidades de capas de arena, grava o lecho rocoso. Pueden extraerse mediante pozos o perforaciones, y proporcionan aproximadamente una cuarta parte del agua potable del mundo y son particularmente vitales para las comunidades situadas lejos de fuentes de agua superficiales, como lagos y ríos.

Los expertos en hidrología han observado niveles peligrosamente altos de agua desviada del acuífero de Mazarrón que se remontan a 2014. La explotación continua del embalse podría afectar negativamente la capacidad de la Tierra para reponer naturalmente el suministro de agua dulce del país, dijeron.

Los acuíferos pueden tardar hasta varias décadas en recargarse por medios naturales como el agua de lluvia. Por lo tanto, es necesario un uso responsable para garantizar que dichas reservas subterráneas puedan seguir utilizándose para fines vitales como el riego y el consumo humano.

La investigación, que implica a 53 granjas de la zona, descubrió que los 18 sospechosos supuestamente habían utilizado generadores para extraer 2,5 metros cúbicos de agua de 51 pozos ilegales. Algunos pozos se encontraron en las propias granjas, mientras que otros se encontraron en bulevares cercanos, que según la policía eran propiedad del estado.

Los investigadores también notaron que los sospechosos habían ocultado algunos de los pozos con láminas de plástico o metal. Fue necesario un reconocimiento policial desde el aire y desde tierra para localizar todos los pozos e invernaderos en cuestión.

Los 18 individuos son ahora sospechosos de robo de agua y de delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente.

Una investigación reciente del New York Times sobre este mismo tema reveló cómo el agotamiento acelerado de los acuíferos puede dañar infraestructuras críticas, como ha sucedido en todo Estados Unidos. El informe encontró que el bombeo excesivo de agua subterránea puede hacer que las carreteras se dobleguen y genere fisuras en la tierra.

También puede obligar a las capas de tierra alrededor del acuífero a asentarse en la cavidad ahora expuesta, reduciendo así las dimensiones del depósito y su capacidad para contener futuras reservas de agua.

En California, aproximadamente el 40 por ciento del suministro de agua del estado proviene anualmente de depósitos subterráneos. Sin embargo, durante un año seco, la mayor necesidad de extraer agua de los acuíferos significa que esta cifra puede superar potencialmente el 60 por ciento.

Los climas particularmente cálidos, como la Península Ibérica o la costa este de Estados Unidos, dependen de reservas de agua subterránea para beber, agricultura y otras aplicaciones industriales.

El informe encontró que el bombeo excesivo prolongado puede, en última instancia, resultar en una intrusión de agua de mar, contaminando el agua dulce que queda y haciéndola inutilizable para el uso humano.